El A-Himsa es no-violencia en pensamiento, palabra y obra; el A-Himsa es respeto a las ideas ajenas, respeto a todas las religiones, escuelas, sectas, organizaciones, etc.
Sería imposible la unión total de las clases trabajadoras sin la doctrina del A-Himsa. Es urgente que los obreros aprendan a respetarse mutuamente; es urgente que los obreros acaben con todo tipo de violencia, sólo así es posible la unión total.
No esperemos que el yo evolucione porque el yo no se perfecciona jamás; El Diablo siempre es Diablo y jamás se perfecciona, necesitamos una total Revolución de la Conciencia. Cuando el yo se disuelve hay Revolución de la Conciencia. Ese es el único tipo de revolución que nosotros aceptamos.
En ese tipo de revolución se basa la doctrina del A-Himsa.
Conforme morimos de instante en instante la concordia entre los hombres se va desarrollando lentamente; Conforme morimos de instante en instante, el sentido de cooperación va desplazando totalmente al sentido de competencia; conforme morimos de instante en instante, la buena voluntad va desplazando a la mala voluntad poco a poco.
Los hombres de buena voluntad aceptan el A-Himsa; Resulta imposible iniciar un nuevo orden excluyendo la doctrina de la no-violencia.
Las religiones deben empezar por dar el buen ejemplo; las religiones deben cultivar el A-Himsa; resulta absurdo que las religiones se combatan entre sí mutuamente; todas las religiones tienen los mismos principios, todas las religiones adoran la Gran Realidad, aquello que no tiene nombre; todas las religiones son perlas preciosas engarzadas en el hilo de oro de la Divinidad. Las religiones tienen la misión de conservar los valores eternos.
El A-Himsa debe cultivarse en los hogares siguiendo la senda del matrimonio perfecto. Sólo con la no-violencia en pensamiento, palabra y obra, puede reinar la felicidad en los hogares.
El A-Himsa debe ser fundamento del diario vivir, en la oficina, en el taller, en el campo, en la fábrica, en el hogar, etc., debemos vivir la doctrina de la no-violencia.
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