lunes, 29 de octubre de 2018

LA FIESTA DE LOS MUERTOS. POR SAMAEL AUN WEOR.

LA FIESTA DE LOS MUERTOS Ha llegado, pues, una fiesta anual para nosotros y para todo el mundo, bastante importante, y es claro que no podemos pasar por tal fecha sin hablar de ella. Me refiero, en forma clara, a la FIESTA DE LOS MUERTOS. Mañana ya la tenemos, y hay necesidad, pues, de que expliquemos algo sobre los Misterios de la Vida y de la Muerte… Ante todo, mis caros hermanos, ustedes ya saben muy bien que el Camino es bastante difícil. Por eso Jesús el Cristo nos habló del CAMINO SECRETO diciendo: “Angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce hasta la Luz, y muy pocos son los que lo hallan”… Hermes Trismegisto (el tres veces grande Dios Ibis de Thot, viva encarnación del Dios Osiris), nos legó la ciencia maravillosa de la Alquimia. En la Edad Media, tal Ciencia Hermética pasó desde el mundo Árabe hasta las tierras de Europa, y entonces, por doquiera, se despertó el entusiasmo por el Arte Hermético. En esa Doctrina de Hermes están contenidas, tanto en esencia como en potencia, las claves máximas y el conocimiento puro que nos permite recorrer el “Angosto Camino” del cual nos hablara Jeshuá Ben Pandirá, Jesús el Cristo. (Bien sabemos que el Gran Kabir, en su pasada existencia, antes del cumplimiento de la misión que tuvo en la Tierra Santa, fue Joshuá, hijo de Nun)… Indubitablemente, “muchos son los llamados y pocos los escogidos”… Ciertamente, se pueden contar con los dedos de la una mano aquellos que tengan continuidad de propósitos como para llegar hasta la meta. Afortunadamente tenemos el cuerpo de Doctrina, los principios, los fundamentos que debidamente estudiados y vivenciados, nos permiten de hecho y por derecho propio recorrer la Senda del Filo de la Navaja. Aquellos que nos trajeron la Doctrina, siempre fueron grandes Avataras, Cristalizaciones Logoicas, pues, nos es posible concebir a un Mensajero que venga de lo alto sino como una emanación, o cristalización, o manifestación del Logos en nuestro mundo. Teniendo pues las bases, es necesario trabajar; sólo así es posible llegar a la LIBERACIÓN FINAL. Indubitablemente, mis caros hermanos, la especie humana está sometida a la Ley del ETERNO RETORNO. Ya lo hemos repetido muchas veces, de que cada ciclo de manifestación, cada ciclo del Estado Humano está formado por 108 EXISTENCIAS. Se nos dan siempre, se nos asignan 108 existencias; si en ellas no nos Autorrealizamos, es obvio que quedamos sometidos entonces a esa otra Ley citada por el gran Avatara Krishna del Indostán (quien vivió hace unos mil años antes que Jesús), me refiero, pues, a la Ley de la TRANSMIGRACIÓN DE LAS ALMAS, o “Metempsicosis” de Pitágoras. Quienes no se Autorrealicen durante las 108 existencias, indiscutiblemente, deberán involucionar dentro del Reino Mineral sumergido, hasta llegar a la Novena Esfera. Allí se vuelven polvareda cósmica, es decir, pasan por la “MUERTE SEGUNDA” de la cual nos hablara con tanta sabiduría el Gran Kabir Jesús… Después de la Muerte Segunda, es decir, después de la muerte de todos los elementos inhumanos que llevamos dentro, la Esencia, el Alma o Principio Inmortal se escapa, sale a la superficie, a la luz del Sol, para recomenzar la jornada, para iniciar una nueva EVOLUCIÓN que ha de comenzar, indudablemente, desde la piedra; que ha de continuar en el vegetal y proseguir, más tarde, en el Estado Animal, hasta reconquistar completamente el Estado Humano, o de “humanoide” mejor dijéramos, que otrora se perdiera.

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