martes, 17 de mayo de 2011

LA ENSEÑANZA DEL AVATARA DE ACUARIO. SAMAEL AUN WEOR.






1950 - EL MATRIMONIO PERFECTO O PUERTA DE ENTRADA A LA INICIACION

SAMAEL AUN WEOR

Fragmento de la Introducción.
Así, querido lector, en este libro le enseño a la humanidad el camino de todas las conquistas y la llave de todos los poderes, pero también le muestro el abismo para que no caiga en él. Este libro está sólidamente fundado en mis observaciones clarividentes y ha sido autorizado por los Maestros de la Logia Blanca de quien he recibido estas enseñanzas. A los Maestros debo todo. Sí mi querido lector, lo que escribo aquí para bien de la humanidad se lo debo todo a los Maestros. Yo, Aun Weor, soy solamente un mediador entre la humanidad y la Logia Blanca, y las enseñanzas que yo entrego a la humanidad yo las he recibido de la Logia Blanca. Es la primera vez en la historia de nuestra vida que se escribe un libro con esta clase de enseñanzas. Pero ya llegó el tiempo en que debían darse estas enseñanzas y a mí me ha tocado dar estos conocimientos a la humanidad porque ya se acerca la edad de Acuario, así que, el que quiera despertar el Kundalini y unirse con el Intimo, que estudie este libro y vívalo. Yo me cansé de regaños y conferencias en las logias y nada conseguí con eso.

Los sacerdotes católicos me insultaron mucho y nada saqué con sus amonestaciones que solamente me obscurecieron y llenaron de lágrimas los bellos años de mi infancia.

Los teosofistas me calificaron de “mago negro” cuando hastiado de tantas teorías, conferencias y autoritarismos les pedí que me enseñaran cómo despertar mis poderes internos.

Krisnamurti con sus enseñanzas me llegó a seducir, porque sentí que me sacaba de todas esas “jaulas”, pero ya en la práctica me di cuenta de que sus enseñanzas hacían de mí un ente negativo, lleno de negaciones y más negaciones que a nada me conducían.

Practiqué la “Yoga” hasta la extenuación y las prácticas yogas solamente consiguieron debilitar mi organismo y dañar mi salud.

Al fin cansado de todo vino a mí la Luz, y me di cuenta de que la redención del hombre radica exclusivamente en el acto sexual. Al fin vine a darme cuenta que sólo las enseñanzas secretas del Divino Redentor del mundo encerradas en el augusto santuario de la Santa Iglesia Gnóstica, eran las únicas que podían consolar mi adolorido corazón.

¡Cristo es la Luz del mundo! Y por ello él dijo: “El que cree en mí nunca andará en tinieblas” y yo creí en Cristo y me vino la luz. La Santa Iglesia Gnóstica es la depositaria fiel de todas las enseñanzas secretas del Maestro. Y ella fue la única que pudo colmar mis ansias de luz y en este libro que hoy ofrezco a la humanidad doliente, entrego las llaves de la Iniciación a todos los seres, sin distinción de sexo, raza, casta y color.

Y así, todos los seres humanos podrán llegar hasta el altar de la “Iniciación”, lejos de tantos autoritarismos, cuotas, conferencias y regaños. Pues no hay mejor escuela que el sagrado santuario del hogar, ni mejor sacerdote que el “Amor”.

Después de meterme un millón de teorías en la cabeza llegué a la conclusión de que yo había perdido el tiempo miserablemente, porque la Iniciación no es cuestión de teorías ni de autoritarismos, ni de leer libros.

La Iniciación es únicamente cuestión de sacar el máximum de provecho de la médula y del semen y para esto el único camino es “querer” intensamente a la mujer –esposa–. Uno no tiene más madera de salvación sino unirse con el “Intimo” y para conseguirlo es la mujer adorada el único remedio. Lo importante es despertar el Kundalini, pues, en el Kundalini está la salvación. Así pues, en este libro doy el secreto para despertar el Kundalini y unirse con el “Intimo”. En este libro le entrego al ser humano el secreto del Amor y del paraíso.

Yo le aconsejo al lector que no lea más libros, porque con este sólo libro tiene para llegar a la alta Iniciación y lograr la suprema felicidad.

Hay que ser “prácticos”. Las teorías no hacen sino dañarle al hombre sus poderes internos y el cerebro. El intelecto es luciférico y demoníaco y causa grandes daños al hombre. Así pues, el que se entregue de lleno a las prácticas de este libro, yo, Aun Weor, le aseguro que se convertirá en un dios omnipotente. Lo juro.

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