sábado, 5 de marzo de 2011

PELIGROS DEL PSEUDOESOTERISMO. SAMAEL AUN WEOR.



LA SERIEDAD EN EL TRABAJO INTERIOR (PRIMERA CONFERENCIA, SAMAEL AUN WEOR, PSICOLOGÌA DEL TRABAJO INTERIOR 1.)

Tenemos que ser serios! En el mundo del pseudo-esoterismo y del pseudo-ocultismo barato existe mucho psiquismo inferior. Por ahí hay un Santuario, en Venezuela, donde una dama X-X, de tipo mediumnímico, cayó en estado de trance y ya en tal estado se dedicó a conferir Iniciaciones: "Fulano de tal llegó a la Cuarta Iniciación", "Zutano llegó a la Quinta". "Mengano ya es un Hierofante...", y barbaridades así por el estilo... Nosotros, verdaderamente, necesitamos ser serios, muy serios. Obviamente, quienes aceptaron ese orden de cosas, en tal lumisial, no podían ser, o no eran, personas serias, y para mí es imposible que una persona seria acepte despropósitos de tal tipo.
Muchos quieren Iniciaciones: "Fulano de tal ya está en la Quinta, es un Mahatma; a Zutano, por ahí le dijo un médium que iba en la Sexta y mañana llegará a la Séptima...". ¡Esto es falta de seriedad, falta de seriedad! ¿Cómo va uno a conocer los mundos internos si no conoce sus propios mundos internos?
En el psiquismo inferior existen despropósitos espantosos: personas que sueñan y que creen que están despiertas, y lo más grave es que se sueñan despiertas, sueñan creyéndose despiertas. Tales soñadores de tipo negativo mediumnímico, tales alucinados, proyectan sus ensueños sobre las personas y ven en las personas sus propios ensueños negativos, incoherentes y absurdos. ¡Esa es la cruda realidad de los hechos!
Queremos nosotros realidades objetivas, no sueños absurdos e incoherentes. Yo no podría aceptar sueños, quiero realidades objetivas y eso mismo deseo para todos ustedes. Tales realidades objetivas son posibles cuando en verdad se ha objetivizado la conciencia. Mas no es posible objetivizar la conciencia si antes no se ha pasado realmente por la aniquilación budista; terrible palabra que horroriza a algunas escuelas. Esto de "aniquilación" molesta realmente a las escuelas del pseudo-esoterismo y del pseudo-ocultismo barato. Resulta que el "Ego" no desea pasar por ninguna aniquilación; el "Ego" quiere realmente vivir, cueste lo que cueste, no desea la aniquilación.
Obviamente, mis queridos hermanos, debemos comprender la Doctrina de los Muchos. Han dicho algunos que yo he tomado la doctrina del "Yo" pluralizado del señor Gurdjieff y, que "cómo es posible que siendo el Avatara de la Era del Acuarius, la tome de él...". Se equivocan, no he tomado esa doctrina de Gurdjieff, ni Gurdjieff es el autor de esa doctrina; Gurdjieff la tomó del Tíbet, es una doctrina tibetana, y yo la he tomado del Egipto de los faraones, la conocí en Egipto -también la conocí entre muchas escuelas arcaicas; los primeros que la enseñaron fueron los Avataras de la Lemuria-.
Así pues, Gurdjieff la tomó del Tíbet y yo la tomé de Egipto; no creo que sea un delito haberla tomado de Egipto, sólo que en el antiguo Egipto de los faraones al "Yo" no se le decía "Ego" ("Ego" es un termino latino), al "Yo" pluralizado se le llamaba "Seth"; a todos los agregados psíquicos citados por los tibetanos -no exclusivamente por mister Gurdjieff- se les denominaba: "Demonios Rojos de Seth".
Sabíamos nosotros, los egipcios -y digo "los egipcios", porque yo soy un egipcio, y este cerebro con el que estoy pensando y hablando estuvo 4.000 años bajo tierra, aunque parezca increíble-, que Horus (nosotros no decíamos Horus, sino "Aurus"), fue capturado por los Demonios Rojos de Seth. Al hablar así, queríamos decir sencillamente, queríamos explicar a nuestros devotos, que los Demonios Rojos de Seth habían atrapado a la conciencia humana. Los devotos de todo el Alto y Bajo Nilo entendían a la maravilla, y todos en general luchábamos contra los Demonios Rojos de Seth; obviamente, quiero decir contra los "yoes" que personifican tal o cual error, y hablando en lenguaje estrictamente tibetano, quiero decir: contra los "agregados psíquicos" que personifican nuestros errores.
En el Tíbet, la Doctrina de los Muchos es el fundamento del Lamaísmo. No hay duda que el señor Gurdjieff, quien estuviera como Lama en el Tíbet, sacó de allí la doctrina para preconizarla en el mundo occidental. No quiere decir esto que la doctrina fuese de su propiedad exclusiva. La Doctrina de los Muchos es muy conocida en el Tíbet y cuando se dice, que "hay que destruir los agregados psíquicos que personifican nuestros errores", loe tibetanos lo expresan en la siguiente forma: "El Buda interior debe destruir a la Doctrina de los Muchos en sí mismo" (vean ese modo de hablar). Es decir, acabar con los elementos inhumanos que en nuestro interior cargamos.
Hay algunos Bodisattvas caídos también en el Tíbet, en los Himalayas. Muchas veces los lanús, es decir, los discípulos, tienen que soportar pacientemente todo un día a los diversos agregados psíquicos que van pasando, o que van controlando en orden sucesivo el cuerpo de un Lama, de algún Lama caído, de un Bodisattva caído. Pero ellos tienen paciencia de soportarle sus sandeces, aguardando el instante en que termine la procesión de agregados y por último se asome, siquiera por un momento, el Ser Real de aquel Lama-Instructor; entonces reciben del Ser la enseñanza que estaban buscando. Después el Ser se retira y continúan los "yoes" atormentando a los pobres discípulos.
Acabar con la Doctrina de los Muchos en sí mismo, no es fácil. En idéntica forma pensábamos y seguimos pensando los antiguos egipcios. Hay que matar a los Demonios ROJOS de Seth; dentro de ellos está embutida la esencia.
Entre los devotos del Chang y del Zen, la Esencia recibe otro nombre, se le denomina el "Budata". Así, van viendo ustedes que esta doctrina no es propiedad exclusiva ni del señor Gurdjieff ni de nadie; es de orden general. Ese Budata o material psíquico que en nuestro interior cargamos, es importante, es la Esencia que está embutida entre los Demonios Rojos de Seth, entre los agregados psíquicos. Se hace necesario quebrantar cada uno de esos elementos indeseables que en nuestro interior llevamos, para liberar la Esencia; sólo así conseguiremos integrarnos y convertirnos realmente en individuos sagrados.

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