lunes, 7 de junio de 2010

EL YO DE LA MITOMANÍA POR EL V.M. SAMAEL






No está de más enfatizar algo muy penoso que hemos podido verificar a través de muchísimos años de constante observación y experiencia. Quiero referirme sin ambages a la "MITOMANÍA", tendencia muy marcada entre gentes afiliadas a diversas escuelas de tipo metafísico.


Sujetos aparentemente muy sencillos, de la noche a la mañana, después de unas cuantas alucinaciones, se convierten en Mitómanos. Incuestionablemente tales personas de psiquis subjetiva, casi siempre logran sorprender a muchos incautos, que de hecho se hacen sus seguidores.

El Mitómano es como un paredón sin cimientos, basta un leve empujón para convertirle en menudo sedimento.

El Mitómano cree que esto del Ocultismo es algo así como "soplar y hacer botellas", y de un momento a otro se declara Mahatma, Maestro Resurrecto, Hierofante, etc.

El Mitómano tiene por lo común señuelos imposibles, sufre invariablemente de eso que se llama "delirios de grandeza".

Esa clase de personajes suelen presentarse como reencarnaciones de Maestros o de Héroes fabulosos, legendarios, ficticios.

Empero, es claro que estamos haciendo énfasis sobre algo que merece ser explicado.

Centros egoicos de la subconsciencia animalesca que en las relaciones de intercambio siguen a determinados grupos mentales, pueden provocar mediante asociaciones y reflejos fantásticos algo así como "espíritus" que casi invariablemente son sólo formas ilusorias, personificaciones del propio Yo pluralizado.

No es, pues, extraño que cualquier agregado psíquico asuma una forma Jesucristiana para dictar falsos oráculos...

Cualquiera de esas tantas entidades que en su conjunto constituyen eso que se llama Ego puede, si así lo quiere, tomar forma de Mahatma o Gurú, y entonces el soñador, al volver al estado de vigilia, dirá de sí mismo: "Estoy Autorrealizado, soy un Maestro".

Débese observar al respecto que de todos modos en el subconsciente de toda persona se halla latente la tendencia a la toma de partido, a la personificación.

Éste es, pues, el clásico motivo por el cual muchos Gurujís asiáticos, antes de iniciar a sus discípulos en el Magismo Trascendental, les previenen contra todas las formas posibles de autoengaño.

El Mitómano presume de Iluminado sin haber liberado la Esencia, sin poseer ni siquiera la Perla Seminal.

El Mitómano quiere estar Iluminado de la noche a la mañana; presume de Sabio, se cree un Dios.

Samael Aun Weor. Misterio del Áureo Florecer- Capítulo 25.



El Orgullo Místico es una característica del FARISEÍSMO interior. Aquéllos que presumen de Iniciados, de Santos y de Sabios, sin haber antes fabricado los Cuerpos Solares, sin haber trabajado jamás en la Novena Esfera, sin haber previamente llegado al Nacimiento Segundo, concluyen renunciando al sexo y desarrollando el abominable Órgano Kundartiguador.

A esos equivocados sinceros es muy difícil sacarlos del error, ésos se sienten supertrascendidos, presumen de Dioses, sin haber puesto su pie ni siquiera en el primer peldaño de la Escala Santa.

Mensaje de Navidad 1967-68. Capítulo 28

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