domingo, 7 de marzo de 2010

LA SERIEDAD EN ESTOS ESTUDIOS. POR SAMAEL AUN WEOR.






Hay necesidad de salir de estas regiones de tinieblas en que nos encontramos; es urgente, en verdad, llegar al mundo de los esplendores.

Hay que investigar un poco, reflexionar -repito-, estudiar estas cosas. Si nosotros no analizamos, si no estudiamos estas materias de enjundioso contenido, jamás llegaremos a la liberación final.

Cada uno de nosotros tiene que trabajar sobre sí mismo, si es que aspira a llegar, algún día, a la auténtica iluminación. Más, para trabajar sobre sí mismo, se necesita inevitablemente tener el conocimiento, las claves, las prácticas. Nosotros aquí, les iremos dando a nuestros estudiantes los sistemas, los métodos para trabajar sobre sí mismos, a fin de que logren un cambio absoluto.

Se necesita, ante todo, que haya continuidad de propósitos, porque muchos comienzan estos estudios y pocos llegan. Sucede que las gentes no tienen continuidad de propósitos: hoy comienzan con mucho entusiasmo y más tarde, en el tiempo, se apartan del cuerpo de doctrina.

En el mundo hay de todo: existen los "mariposeadores", esos que andan de escuelita en escuelita y que creen saber mucho, cuando en realidad de verdad nada saben.

Nosotros tenemos que definirnos con entera claridad. Esta institución no busca otra cosa sino la Auto-Realización Intima del ser humano. En modo alguno nos interesa la cuestión esa de los "mariposeadores", que andan de escuelita en escuelita, para no llegar a ninguna conclusión. A nosotros lo único que nos interesa es trabajar sobre sí mismos, para conseguir la transformación radical.

Necesitamos hacernos Adeptos de la Fraternidad de la Luz Interior, y esto es posible trabajando sobre sí mismos, aquí y ahora.

Los tiempos son llegados, en que el Hijo del Hombre tenga que enseñarle a la humanidad el camino. Desgraciadamente las gentes, oyendo no oyen y viendo con sus ojos, no ven; se les indica la Senda y no la entienden, y si ligeramente llegasen a entenderla, no tienen continuidad de propósitos para llegar a la meta y bien pronto se desvían.

El Movimiento Gnóstico es como un tren en marcha: uno pasajeros, suben, en una estación, y se bajan en otra; raros son los pasajeros que llegan a la estación final. Los afiliados a nuestra institución, están invitados: pueden llegar a la meta si se lo proponen.

¡Qué lastima que las gentes tengan "mente veleta" y que hoy piensen una cosa y mañana otra! Si las gentes de verdad fueran serias, sólo se preocuparían por trabajar intensivamente dentro de sí mismas.

En esta institución enseñamos, a las gentes, cómo eliminar los agregados psíquicos e indeseables que en nuestro interior cargamos. En esta escuela les enseñamos, a los seres humanos, cuál es el camino del autentico sacrificio, y cómo fabricar los Cuerpos Astral, Mental y Causal para convertirse en hombres verdaderos, en hombres legítimos, en hombres auténticos, en el sentido más completo de la palabra.

Obviamente, conforme va naciendo el Hombre dentro del animal intelectual, se provocan cambios extraordinarios: se despiertan ciertos poderes, ciertas facultades magníficas. El hombre íntegro, el hombre unitotal, llega hasta el punto de tener perfecto dominio sobre los Tattwa. ¿Y qué son los Tattwa? Vibraciones del Éter Universal.

En los elementos de la naturaleza están sintetizados los Tattwas. El principio vital-etérico del agua, es Apas; el principio vital-etérico del aire, es el Vayu-Tattwa; el principio vital-etérico del fuego, es el Agni-Tattwa, o el Tejas, o Taijas-Tattwa; el principio vital-etérico de la Tierra, es precisamente el Pritvi-Tattwa.

El hombre auténtico, legítimo, es el que ha fabricado los Cuerpos Astral, Mental y Causa; aquel que es capaz de entrar en el Mundo Etérico, aquel que es capaz de moverse por el Mundo Astral, aquel que puede penetrar inteligentemente en el Mundo de la Mente Cósmica, o viajar por el Mundo de las Causas Naturales, y que también adquiere poder sobre los elementos de la naturaleza: sobre la perfumada tierra y sobre el fuego flamígero, sobre las aguas tempestuosas y sobre el huracanado viento. Por este motivo, el adepto llega de verdad a convertirse en un Rey de la Naturaleza y del Cosmos.

Los Tattwas, en sí mismos, pertenecen al Mundo etérico, a ese Mundo Vital, a ese Cuerpo Vital del planeta Tierra. Los Tattwas son vibraciones del Éter, Los Tattwas penetran, directamente, en las glándulas endocrinas del organismo humano, pero no vuelven a salir de allí. Los Tattwas, al entrar dentro de los Chacras, pasan a las glándulas endocrinas y se transforman en hormonas, hormonas que circulan por la sangre, y eso es todo; de allí no vuelven a salir.

Despertar los poderes tattwicos es asombroso, más esto solamente es posible para el hombre auténtico, para aquel que es capaz de vivir en el Mundo Astral conscientemente, o para aquel que sabe viajar por el Mundo de la Mente, o para aquel Hombre Causal que ha establecido su centro de gravedad, precisamente, en el Mundo de las Causas Naturales.

Un Adepto auto-realizado es un hombre, en el sentido más completo de la palabra, porque maneja los Tattwas, porque puede manipularlos a voluntad. Un hombre que maneje el fuego, el aire, las aguas y la tierra, que sea capaz de desatar las tempestades, etc., es idóneo en el uso de los Tattwas, es un hombre de verdad, es un Maestro auto-realizado, alguien que conoce los mundos superiores.

Llegado es el momento en que cada uno de ustedes luche por la Auto-Realización; el momento ha llegado en que cada uno de ustedes conozca sus propios mundos internos, para que conozcan los mundos internos de sus amigos y para que conozcan los mundos internos del planeta Tierra y del sistema solar y de la galaxia en que vivimos.

Samael Aun Weor.

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